domingo, 31 de enero de 2010

Quemar después de leer


Hace tiempo que los hermanos Coen no necesitan presentación. Nos han regalado verdaderos peliculones como "Fargo", "El Gran Lebowsky" o "No es País para viejos", donde demuestran su absoluto dominio a la hora de crear cine. Digo esto no solo porque escriban y dirijan sus películas, algo poco común hoy en día, sino porque da igual el género con el que se atrevan, el resultado técnico siempre es perfecto.

"Quemar después de leer" es una mezcla entre drama social, comedia ácida y cine de espias. Está estructurada de forma caótica en un principio, para que poco a poco las piezas encajen en su lugar, algo parecido a "Lock & Stock" por hacer una referencia.
Osborne Cox (John Malkovich), un analista de la CIA al que acaban de despedir, decide escribir sus memorias contando su paso por la agencia, todo ello mientras enfrenta una dura crisis matrimonial. El abogado de su mujer le investiga con el objetivo de saber su situación económica y encuentra un CD con los documentos de las memorias que el exanalista está escribiendo, los cuales deja a su secretaria que a su vez los olvida en un gimansio. Linda Litzke (Francesc McDormand) y Chad Feldheimer (Brad Pitt) encuentran entonces los archivos extraviados y deciden chantajear a Cox a cambio del CD. Y entre todo este embrollo se encuentra George Clooney, que interpreta a un agente federal que dedica su vida a la infidelidad y los juegos sexuales.

Los Coen sacan a la luz su sentido del humor más ácido. "Quemar después de leer" no deja títere con cabeza, critican a la sociedad estadounidense equiparando a las diferentes clases sociales, que demuestran una insensatez comprensible a la vez que absurda. Tocan temas como la infidelidad, la sociedad paranoica actual, la obsesión con el culto al cuerpo o incluso se atreven a dejar de tontos a la CIA o la embajada rusa. Un gran guion por parte de Joel e Ethan en ese sentido, aunque la trama tarda en enganchar, el primer tercio es una sucesión de escenas sin nexo común y, hasta que las piezas no empiezan a encajar, puede resultar lenta y aburrida. Falta algo de chispa en los diálogos en esa primera parte, pero no tarda en convertirse en una gran película.
Mención especial a los maravillosos planos, marca de la casa, con los que los Coen nos mantienen enganchados a la pantalla. Esa cámara en el suelo que sigue las pisadas de un agente por un pasillo, la rendija por la que Brad Pitt espía desde un armario, el primer plano de un cirujano plástico que manipula psicológicamente a una paciente... Estos hermanos son unos cineastas enormes.

En cuanto a las actuaciones, el cuarteto protagonista está impecable. John Malkovich está sublime en su papel de pringado con mala leche y poco que perder, y George Clooney aporta algo más que su sonrisa y nos deja una actuación digna de los mejores cómicos en más de una ocasión. Pero mención especial para Brad Pitt y Francesc McDormand; el primero interpreta a un paleto amante del Gatorade que no se despega de su iPod, se aparta de su filmografía habitual, quizá esté un poco viejo para el papel, pero su actuación es intachable; y McDormand se lleva, para mi gusto, la interpretación de la película, una neurótica y estúpida mujer de a pie que lleva hasta el límite su obsesión con cambiar de físico mediante cirujía estética.

"Quemar después de leer" es una buena película. Se nota la mano de los Coen tanto en el guion como en los enormes planos con los que demuestran su dominio y amor por el cine. Si no fuera por el primer tercio, que no está al nivel, hablaríamos de una de sus mejores películas, pero en esta ocasión no llegan al altísimo listón de "Fargo" o "El gran Lebowsky".


2 comentarios:

  1. Al principio asusta un poco lo rara q es, todo hay q decirlo, pero luego no decepciona.

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  2. Esa manera de empezar abriendo distintas tramas que no tienen nada que ver choca de inicio pero es efectiva. Me alegro de que te guste la película.

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