Gran Torino

Clint Eastwood, eres el más grande.
Y es que no se me ocurre otra forma de empezar la crítica de este peliculón. Este es su autohomenaje, está al final de su carrera, más por imposición que por ganas claro está, y nos deja esta obra de arte en la que dice: soy el amo y no vais a decirme que no.

"Gran Torino" relata el final de todos los personajes emblemáticos de Eastwood. Quiero decir, Walt es un tipo aislado, arisco y en eterno conflicto consigo mismo y con Dios. Por eso digo que es un autohomenaje.

En esencia, es la historia de cómo el hombre más cerrado del mundo abre su mente a otra cultura al final de su vida. Incluso se da cuenta que tiene más en común con esta gente que con su propia comunidad.

En Estados Unidos hay quien calificó esta película como políticamente incorrecta o incluso racista. Hay que ser muy corto de mollera para sacar una conclusión así tras verla, con todos mis respetos. Supongo que estas críticas se deben al vocabulario de Walt al referirse a los hmong, a los negros o a los judíos en alguna ocasión; y es que las calificaciones que utiliza son inagotables: yemas de huevo, rollitos de primavera, amarillos, morenos... Pero es que el personaje es un viejo veterano de guerra, estricto, amargado y un poco racista. Digo un poco porque hasta los mismos vecinos hmong de Walt aceptan su vocabulario, porque en realidad es un tipo que, una vez los ha conocido, se deja el culo por ellos.
Y es que aquí está lo grande de Clint Eastwood. El tipo se hace un autohomenaje, mete sus chistes ácidos, incrusta sus escenas de chulería e incluso se permite dar más de un guantazo a sus ochenta y pico, como en los viejos tiempos; y además hace un análisis cultural, da una lección de verdadera tolerancia a todos los que le tachan de racista conservador y lo hace tan natural, sin calzador, sin forzar en ningún momento la película. ¿Quién es capaz, hoy en día, de hacer algo así? Nadie. Será la edad, o la genialidad, no sabría decir.

En resumidas cuentas, si no la has visto debes hacerlo. Es un peliculón, un regalo de Clint Eastwood que debemos disfrutar porque, seamos realistas, no nos dará muchos más.