martes, 3 de mayo de 2011

THOR


Por fin llegó a nuestros cines la esperada adaptación del personaje de la Marvel, THOR, el dios del trueno.
Sinceramente, fui al cine con una mezcla de excitación y recelo. Por un lado me maravillaba la idea de ver al todopoderoso héroe en una pantalla de cine, por otra recordaba el sabor agridulce que me dejaron los trailers. No sé porqué, pero algo me olía a chamusquina.

Lo cierto es que salí del cine bastante contento. La película no me maravilló al estilo "El Caballero Oscuro", aunque es obvio que esa no es su pretensión. THOR es una buena película de superhéroes. Cumple con la estructura clásica del género. Alterna acción, épica y humor con maestría y te hace pasar un rato agradable.


La elección de Keneth Branagh como director sorprendió muchísimo en su día. Este género difiere absolutamente con todos sus trabajos anteriores, que siempre han tendido al drama shakespereano.
No sé si es bueno o malo, pero su mano no se nota en absoluto. No hace la película suya en ningún momento.
Branagh completa un trabajo más que correcto, sin aspavientos. Sin innovaciones ni riesgos. Es como si hubiera dirigido la película en modo automático.
Cumple con lo que se le pide. Entretiene, sin más y sin menos.

Chris Hemsworth derrocha carisma en la película. No se si es mérito suyo o del propio Branagh, pero es un hecho. Verlo a él es ver al THOR de los comics. Una mole nórdica sobrada de personalidad. Una elección de cásting intachable.
A Natalie Portman le pasa como al director de la película. Parece que actúe con el piloto automático encendido. Nada que ver con el Cisne Negro, lo que no es malo en absoluto. En esta película quiere llenarse los bolsillos y su papel es de comparsa. Casi diría que su función es ser diminuta, para hacer enorme a THOR. Aún así, va tan sobrada de talento que no se le puede reprochar nada en absoluto.
Y sobre Anthony Hopkins, qué puedo decir. No se me ocurre ni quiero buscar una posible elección para Odín, el padre de THOR. Brillante como siempre.


El apartado técnico es más que correcto. No es Avatar, claro está, pero no chirría y es extremadamente espectacular. Alcanza sus mejores cotas en los largos planos de presentación del reino de Asgard. Una verdadera maravilla visual.
El 3D es de los buenos. No es una conversión cutre de esas que están tan de moda. No fuerza situaciones para que te apartes en plan "que viene hacia mi", sino que es un complemento más de la película.

Como era de esperar, tenemos la subtrama de SHIELD que nos cuelan en todas las películas que lanza últimamente la Marvel, que sigue preparando Los Vengadores.
Como salga un fiasco será la tomadura de pelo más gigantesca de la historia del cine. Como salga bien vamos a necesitar carretillas para sujetar nuestras mandíbulas. No creo en el término medio con esa película.
Lo cierto es que en THOR está mucho mejor llevado el tema Vengadores que, por ejemplo, en Iron Man 2, donde estaba demasiado forzado. Hay un microcameo de Ojo de Halcón, y SHIELD está mareando continuamente en la película.

Para concluir, THOR es una buena película de superhéroes. No te da más ni menos de lo que le pides. Tines tu ración de acción, tu ración de humor, tu ración de épica y tu ración de amor. Es de las que te dejan una sonrisa al salir de la sala. Quizá es demasiado fría y plana. Yo no se lo echo en cara.

2 comentarios:

  1. yo también aluciné cuando me enteré de que Keneth Branagh dirigiría esta peli, sinceramente creo que es una cuestión económica o algún tipo de acuerdo con la productora como le ha pasado a Fincher que tiene que hacer "The Girl with the Dragon Tattoo" para poder hacer después "Pawn Sacrifice".

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  2. Sí. Últimamente es una moda en Hollywood.
    Antes no era tan exagerado, pero ahora casi todos los actores y directores hacen estas alternancias.
    Will Smith hace "Soy Leyenda" para hacer "En Busca de la Vida", George Cloney hace "Ocean's Thirteen" para hacer "Buenas Noches y buena suerte", y así un larguísimo etcétera.
    En esta película lo han hecho, casi con toda seguridad, Natalie Portman y Keneth Branagh.

    Me parece una práctica peligrosa. Antes escogían sus proyectos porque realmente pensaban que merecían la pena, aunque en la práctica se equivocaran. Jack Nicholson fue el Jocker porque realmente pensaba que merecía la pena hacerlo, por ejemplo.
    Ahora los actores se involucran en proyectos casi sin mirarlos. Hay excepciones, claro, y a veces sale bien. Pero es peligroso.

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